Cuando trabajo en proyectos de cambio organizacional suelo hacer un pequeño test para establecer el grado en que sus directivos están abiertos a cuestionar los paradigmas en los que basan su gestión.
Tomo un documento interno (imaginemos una factura) y les pregunto sobre cualquier detalle del mismo: ¿por qué marcamos este precio?. Una vez que me dan una respuesta, enseguida la cuestiono directamente, y continúo preguntándoles por qué..., por qué..., por qué...?, igual que el niño del famoso sketch de Les Luthiers.
Algunas empresas me dan de primera la dolorosa respuesta: "Porque siempre lo hicimos así". Diagnóstico: Estamos en problemas. Graves problemas.
Un segundo grupo de empresas aguantan el tirón un poco más, y me siguen el juego durante tres o cuatro preguntas antes de decir "...porque es estratégico", con lo que en realidad están diciendo: "No lo sé. Fin de la discusión. No pregunte más".
Diagnóstico: Vamos bien, pero hay trabajo por delante.
Finalmente, hay empresas que a pesar de tener sólidos fundamentos para justificar la forma en que trabajan, en algún momento del ejercicio descubren que alguno de esos fundamentos podría cuestionarse, y comienzan con valentía a buscar formas de mejorar. Aunque ello suponga dejar de lado fórmulas que en el pasado resultaron exitosas.
Diagnóstico: Vamos bien, hay mucho trabajo por delante, pero esta empresa va a lograr grandes cosas.
La realidad es que solamente las organizaciones que tengan el coraje de cuestionar a fondo los supuestos básicos de su forma actual de competir estarán capacitadas para enfrentarse a la vorágine de cambios con que convivimos.
Animo a los lectores realizar este pequeño test en sus organizaciones ...y afrontar el resultado, sea el que sea.
Link a artículo de Sócrates: http://socrates.ieem.edu.uy/articulos/articulo.php?id_articulo=411
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